sábado, 1 de febrero de 2014

Kafka, el escarabajo.

Diarios
Franz Kafka
21 de julio de 1913

La vida amorosa de Kafka fue tormentosa y prácticamente un callejón sin salida, pero no es eso lo que me interesa de esta publicación; lo que me interesa, y siempre me ha interesado de Kafka, es su visión pesimista del mundo (¿cómo no acabaría suicidándose?), su perpetuo espíritu filósofo y predilección por su propia soledad, estar a solas con su alma y su mente... Jamás me interesará más ninguna figura intelectual como Kafka, e incluso personal.

Lista de todas las razones a favor o en contra de mi matrimonio:
1. Incapacidad para soportar la vida solo; (…) es incluso muy poco probable que pueda entender la vida con alguien, pero soy incapaz de soportar las embestidas de la existencia, las exigencias a mi persona, el azote del tiempo y de la edad, la incierta afluencia del deseo de escribir, el insomnio, la proximidad de la locura, soy incapaz de soportar todo eso solo (…).
(…)
3. Debo estar solo mucho tiempo. Lo que he dado de mí, es únicamente fruto de la soledad.
4. Odio todo aquello que no se refiera a la literatura; me aburre mantener conversaciones (aunque estas traten de literatura); me aburre hacer visitas; las penas y las alegrías de mis parientes me aburren hasta el fondo del alma; las conversaciones le roban la importancia, la seriedad y la verdad a todo lo que pienso.
5. El miedo al vínculo, a pasarme a la otra orilla. Después ya nunca estaré solo.
6. En presencia de mis hermanas soy, o más bien antes era, una persona completamente distinta a como soy delante de los demás: atrevido, desnudo, fuerte, sorprendente y emotivo como sólo puedo serlo al escribir. ¡Si pudiera ser así delante de todo el mundo a través de mi mujer! ¿Pero entonces no se me privaría de eso mismo en la escritura? ¡No, eso sí que no, eso sí que no!
7. Estando solo quizá podría abandonar mi empleo; casado eso sería imposible.

Este corazón oprimido...

Los sufrimientos del joven Werther
Johann Wolfgang Goethe
Carta a Guillermo (Wilheim) del 16 de marzo

Es uno de los libros que más me ha marcado: uno de los que cuyo estilo me ha cautivado y me ha hecho emocionarme. La única literatura alemana que conozco. Conozco poco Romanticismo en novela, pero las pocas novelas que conozco rozan la excelencia de los clásicos. Aquí dejo un fragmento de una de las obras más bellas (si no la que más) del Romanticismo.

Las lágrimas corrieron por sus mejillas. Yo estaba fuera de mí. Ella las secó, sin querer ocultarlas.
-Ya conoce usted a mi tía -empezó-: estaba presente, y, oh, con qué ojos la contempló. Werther, anoche le aguanté un sermón sobre mi trato con usted, y esta mañana otro, y he tenido que oír cómo le rebajaba a usted, cómo le humillaba, y sólo he podido defenderle a medias.

Cada palabra que decía me atravesaba el corazón como una espada. Ella no sentía qué misericordia hubiera sido callármelo todo; y todavía añadió cuánto se charlaría aún sobre ello, y qué clase de gente lo consideraría como un triunfo: cómo se reirían y alegrarían ahora con este castigo a mi orgullo y a mi poca estimación de otras personas, lo cual me lo reprochan hace ya tiempo. Y todo eso, Guillermo, oírselo a ella, con el acento de la más auténtica simpatía por mí; ...me quedé destrozado, y todavía ardo en cólera dentro de mí. Quería que alguien se me pusiera delante reprochándomelo para poder atravesar con un puñal: si viera sangre, me sentiría mejor. Ah, muchas veces he tomado un cuchillo para dar aire a este corazón oprimido. Se cuenta de una especie noble de caballos que cuando los acosan y persiguen terriblemente, se muerden ellos mismos una vena por un instinto, para recobrar el aliento. Así me ocurre a mí muchas veces: querría abrirme una vena que me diera la libertad eterna.